miércoles, 5 de mayo de 2010

Carta de Autor

Desde que anunciara mi definitiva despedida o prematuro retiro, sea inmediato, momentáneo o definitivo, no había tenido la inspiración de volver a escribir. Quizás sumido en el letargo de tantas dudas que me abordan generados, por los prontos cambios en mi rutinaria vida.

Escribir, narrar, y contar historias es una de mis principales pasiones. Aún busco con urgencia, mis borradores, que seguramente; en una de mis tantas mudanzas tras papelara.

He estado alejado de la pluma, en esta era tecnológica quizás de las teclas porque no encontraba un motivo para volver a publicar, pero después de leer una historia de box, escrita por un nuevo amigo( Jesús Alzamora), he podido encontrar respuesta a muchas de mis inquietudes en los últimos cuatro meses.

Yo escribo porque tengo una vena que no debo auto bloquear y mi gran motivo para dejar fluir este goce son todos mis compañeros del blog. Son 56 seguidores que no debo desatender,Sin contar los lectores de paso que aún no son seguidores.
Por eso, por respeto a los que me han seguido debo volver a la carga. Gracias por acompañarme y existir. A cada uno de ustedes muchas gracias, porque en este periodo de cambios radicales en mi historia diaria, ustedes son un motivo para sonreír y buscar motivación en la Fe de querer hacer las cosas siempre bien.

Un fraterno abrazo y espero les guste este post que va en honor a mi madre, aprovechando que este fin es el día de las mamas en el Perú, un saludo gigante y el post va dedicado no sólo a mi Má sino a todas las madres que viven físicamente, como Betty, la mía o en nuestros corazones, como lo hace, mi abuela Paulita. !Feliz día Mamá!
Paco Bazán.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Por amor al juego


Hace algunos años en la comodidad de mi casa tuve la suerte de ver una melancólica historia de amor. Donde Kevin Costner, le sabía dar vida a un “beisbolista” profesional de la liga nacional estadounidense. Una historia de amor magnífica, finalmente, lo poco que sé de cine es que todas son historias de amor. Pero, que nos mantenía, a los que amamos el deporte, en suspenso con la particular vida de este exitoso “pitcher” norte americano. La historia se paralizaba en su último juego, en la decisión que debiera tomar a sus 40 años. Y durante el transcurso con éxito de lo que sería su último partido. Igualmente, con esa audacia que tienen los experimentados directores de cine norte americano, viajábamos por los últimos sucesos, recuerdos de la carrera y por los profundos mares en las memorias de la vida personal del ficticio Kevin Costner.
Yo no soy Kevin Costner, ni su héroe de ficción, exitoso por cierto. Mi historia creo que finalmente es atractiva para pocas personas. Mi carrera quizás no ha sido ni un cuarto de maravillosa como lo son las grandes producciones hollywoodenses. Pero, a lo largo de estos últimos dos años yo también me he visto forzado, por las circunstancias dadas, en tomar una decisión que quizás jamás imaginé tendría que tomar a tan corta edad. Menos en mi condición de arquero, puesto de tanta longevidad, tan longevo como el de un “pitcher de beisbol” norteamericano.
Como decía, hace dos años empezó la triste historia del fin de mi carrera. Aunque tengo en mente en esa película tan propia, que realmente mi fin comenzó hace cinco años, en tierras Gallegas. Cuando en algunos exámenes médicos con el Pontevedra, me diagnosticaran Artrosis degenerativa en la articulación del hombro izquierdo.
¿Artrosis? Me dije, acaso no había escuchado antes que esto era una enfermedad de vejez. Que se presenta en el fin de la vida de nuestros abuelos. Sí, artrosis,esa mismísima enfermedad, aunque aún no sé cómo funciona, pero, sé que la sufro bien y como jode la condená.. A esto además, se le suma algunas inestabilidades, también en la articulación y bloqueos del mismo.
Estos últimos meses, desde la lesión en el clásico han sido como el final de esta comedia romántica deportiva, la he mirado en cámara lenta una y otra vez. He jugado con el retroceso del DVD hasta el menú de configuración o menú inicial tantísimo ha sido posible. Revisando como cuando buscas la opción de subtitular, desesperado en si todo esta correcto. Mi cinta ha pasado lentamente por mi memoria y los lindos recuerdos de tantos viajes, y de todo el esfuerzo que se hizo para ser un arquero de dimensiones internacionales me aturden. En gran gesticulación como en el mejor cine mudo, he visualizado todos los momentos de alegría y tristezas, de grandes triunfos y grandes derrotas, de títulos conseguidos y de perdidos, de tanto placer por mi posición en el campo en cada entrenamiento diario, de tanta ilusión juvenil y tanta decepción adulta, de tantos amigos buenos compañeros que coseché y de tantas maldades que por mi origen acumulé.
Haciendo un “stop”, creo que es momento de ser valiente y honesto con mi pasión y tomar una decisión pronta. Porque cuando no te sientes bien. Cuando ya no puedes competir de igual a igual. Cuando el corazón quiere y el hombro no puede. Cuando pasas mas tiempo en las manos del buen “Lucho Yupanqui”, mas no, en las del buen “Miguelón”. Porque cuando tienes que competir con tres leones como Raúl, Lucho y Renzo, y no les puedes seguir el ritmo, porque cada estirada es una lágrima de dolor, cada estirada es un punzón profundo, en cada estirada se queda una parte de mi aún juventud ; es mejor ser honesto y como el buen Kevin Costner, tomar la decisión y decirle al jefe: “Que lo dejo por amor al juego”.
Así se llamaba la película que me conmovió hasta las lágrimas, “por amor al juego”. Eso fue lo que hice, siempre jugué por amor al juego. Nunca jugué por dinero. Jugué donde quise jugar y siempre fue con amor y por amor. Le entregué siempre mi corazón a los equipos que defendí.
Por eso: “Díganles, que lo dejo por amor al juego. Por amor a mi esposa. Por amor a mis padres. Por amor a mi familia. Por amor a los míos. Por amor a mis actuales compañeros. Por amor a mis verdaderos amigos de siempre. Por amor a los que confiaron en mí. Por amor a mis pocos seguidores e hinchas anónimos. Por amor a la “U”. Por ese inmenso amor que siento por el fútbol, que me hizo hombre.
Desde hoy pongo fin a mi historia como jugador de fútbol, pero, a los míos les digo que no temo y no teman por mi. Porque cuando finalizas una novela se empieza otra. Porque cuando finalizas un capítulo se abre y se escribe otro. Porque cuando uno cierra una puerta se abre otra, tan o quizás más intensa que la que se acaba e cerrar. Una puerta nueva y virgen, con nuevos retos y mejores motivaciones.
Por eso, cuando alguien deja a su gran amor no debe de mirar atrás, ni distraerse ojeando a los costados. Solo debes mirar hacia adelante, caminar sólo con dirección al norte y así, entregarte al horizonte, renovado en escribir una nueva historia. Por eso, cuando escribes fin, nunca debes mirar atrás, no voltees la cabeza, sal de tu capítulo, con la cabeza erguida, fresca, lista para comenzar a recorrer un nuevo camino.
Con ese mismo amor, hoy empieza mi nueva historia, empieza con mucho optimismo e ilusión el rodaje de mi próxima película y como Kevin, escribiré en una mágica pelota, díganles que lo haré siempre por amor al juego.

martes, 26 de enero de 2010

Fiesta de disfraces


Desde chico siempre me gustó escribir, narrar mis vivencias, mis anécdotas como parte del camino que he sabido recorrer por el mundo atrás de un balón, para aprender esa historia tan universal in situ. Porque si tengo que calificarme entre muchos adjetivos me ubico como un romántico de la vida que encontró en una profesión que es el Fútbol, la posibilidad de ir en busca de un elemento esencial en la conducta de la raza humana, que es el aprendizaje en la convivencia con la especie. En mis más de diez años como futbolista profesional, en esta década de vestirme con ropas cómodas para la transpiración, de disfrazarme en mi propio “super héroe” cada tarde y domingo de trabajo, he querido acercarme a todas mis grandes interrogantes sobre la vida y no he encontrado mejor respuesta a mis inquietudes en cada uno de mis viajes, en cada una de mis aventuras en regiones tan distantes a nuestro quechua oriundo, en cada parada de aeropuertos y en cada escala que como escalera me conducían al “ Know How” de mis miedos y claras respuestas a mis tantas preguntas sobre la rareza del ser humano; en sus grandes diferencias que son las lenguas y culturas. Tan antagonistas a la que los libros de “Coquito” supieron enseñarme de niño.
Había decidido no volver a hablar mas de la prensa para no cansarlos pero en la ultima semana en Campo un mar me encontré con tres hinchas que me animaron a hacerlo. Bien es sabido mi rechazo y veto a la prensa deportiva. Aunque valga aclarar que no es con todo el gremio pues en todos mis años de carrera si me ha sabido dar amigos y reconocer en profesionales capaces como Eddie Fleishman, Miguel Gutierrez, Gabriel el goico, Omar Ruiz de Somocurcio, Rubén Marrufo, el popular Vocha, Jorge Cruz del diario Depor, Vicente Cisneros gran conocedor de fútbol graduado en ESEFUL como técnico, Walter Arana del Todo Sport, Mauricio Cortez tan honorable como su apellido, mi tío Godoz y el angelito del once, Coqui Gonzalez, Pedrito García de CMD, Carmencita del Castillo del líbero y otros mas a quienes respeto, aprecio y no necesariamente tienen que conocer el consultorio de mi viejo, como un resentido social, valiente a puntas de “cachetada” con su cagón apelativo del bombardero afirma. Bien es sabido porque he hecho público mi rechazo por como se maneja la prensa escrita en sus turbios intereses y por la poca capacidad de análisis y conocimientos en dominios de temas específicos. Y no me escondo desde mi sucio, escritorio, apolillado por el odio y el resentimiento, el complejo y el rencor de tener un padre fracasado como coach que nunca pudo dirigir por incapaz.
Para ser abogado o ingeniero hay que ir a la universidad y comerte 10 ciclos de la materia. Para ser periodista efectivamente también hay que estudiar la carrera pero para hablar de fútbol o deportes en general, no basta con el bachillerato en ciencias de la comunicación o en periodismo. Es decir, para ser un leído critico o analítico político hay que ser sociólogo, o diplomático, o haber estudiado ciencias políticas. Por lo mismo para hablar de fútbol como disciplina hay que al menos tener el titulo de entrenador para dominar aspectos tácticos y metodologías de entrenamiento, hay que al menos conocer lo mínimo de preparación física, de medicina deportiva, de nutrición, de estadísticas mundiales no en resultados históricos como bien sabe el buen “Danielito” sino mas bien en datos que puedan servirle a un estratega para definir como jugarle al rival.
Nuestra prensa deportiva esencialmente la escrita adolece de muchos conceptos por lo que leo y no están preparados para orientar al hincha, porque no tienen la carrera de técnico de fútbol, o en ciencias del deporte, y todo lo contrario a la humildad acumulan demasiada soberbia con ese rollito de ser intocables por ser el cuarto poder.
Si fueran verdaderos especialistas pues entonces que marca de ropa es la preferida de Juan Vargas, o cuantos carros tiene Paolo Guerrero, o cuantos caballos y que bien viste Claudio Pizarro no serian tópicos de análisis ni de comentarios en un medio de comunicación, mas bien les interesaría escribir sobre que bárbaro cuanta masa muscular gano Farfán en todos estos años en Europa, podrían hacer un trabajo de investigación serio para enterarse con cuanto porcentaje de grasa y cual era su antropometría antes de irse a Holanda y como es la de hoy, o podríamos detenernos en observar cuanto mejoro Paolo o Juan o Claudio todos estos años en Europa.
Entonces, lo que necesitamos no solo es golpear por el ángulo mas mediático que son los jugadores, entrenadores y dirigentes. Sino tener esa humildad, que el poder de la tecla no entrega, ser menos orgullosos y con esa honestidad que últimamente nuestra sociedad adolece, recurrir a esa autocrítica que desconocemos y en solemnes votos de dignidad decir que más que periodistas deportivos somos amantes del fútbol.
Que amamos esta redonda pasión, pero, que últimamente sólo nos hemos ocupado a desfogar toda nuestra envidia, nuestro odio y nuestro complejo en cada una de las páginas que hemos sabido imprimir con la sangre ajena disfrazada de tinta en titulares satánicos y sátiros. Que efectivamente hemos estudiado comunicaciones y la mayoría no nos hemos especializado en ningún deporte para opinar con credibilidad y solo hemos decidido centrarnos en hacer noticias de escándalos, novias, burlas, faltas de respeto al ser humano, de crearle dolor a los familiares cuando leen medias verdades o campañas orquestadas para denigrar y dañar a un profesional del deporte en nuestras folclóricas y nada éticas columnas de nuestros diarios, y continuando con esa confesión sincera decir que nuestros fotógrafos solo van a disparar sus flashes para buscar la foto más polémica, o divertida, oportuna para un titular algún día agrio y malvado. Deberíamos con ese mismo martillo de sinceridad saber admitir que vamos disfrazados de periodistas deportivos cuando verdaderamente somos mas comunicadores de espectáculos, faranduleo, fiesta o salsa rosa.
Y lo más triste es que en nuestro paraíso de falacias, hemos terminado por contagiar también a nuestro serio decano y que este antiguo respetado diario en lo que es sus paginas de fútbol va disfrazado de pasquín, con secciones como “juego en corto”, donde una tecla goza a sus anchas vertiendo su odio en forma de cachondeo, de ironía y sarcasmo. Abusando del poder del anonimato, del poder de tener Internet y una PC gratis para publicar su veneno. Creyéndonos bacanes porque tengo el poder de llegar de yapa o disfrazado a tu casita dentro de un prestigioso diario. Y que por su contenido la redacción de fútbol mas parece una fiesta de disfraces ya que muchos de sus redactores antes han sabido colocar sus glúteos en bocones o liberos escritorios y hoy van disfrazados de caballeros serios con supuesta mente una pluma más elegante.
Y tu, buen Carlitos de un solo Vaso junto a tus camaradas ¿de que van disfrazados?